Este sábado he disfrutado con mis buenas amigas de una experiencia que nunca antes había vivido.
Asistimos a una capea universitaria en Galapagar.
Al llegar, nos esperaba un grupo de gente sumamente agradable para la comida, una barbacoa con sangría, cerveza, tinto de verano...
Desde el momento en que nos sentamos comenzaron las risas, chistes cortos de los que nos reíamos más por su falta de humor que por otra cosa, platos de comida recién servida que salián volando, ligeras caídas de las sillas...
Allí pasamos la mayor parte del tiempo, bailando, cantando y pasando un muy buen rato.
Ahora bien, cuando por fin se despejó el cielo, salimos de nuevo al campo y entonces, sacaron a la vaquilla, que para vengarse de la tortura a la que se la somete, propinó buenos cabezazos a más de un valiente corredor.
Lo cierto es que lo pasamos en grande y no dudaría en repetir la experiencia.
Helen, Marta y yo con el cantante. |
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