al frío invierno, porque personalmente yo no he apreciado la época de entretiempo llamada otoño.
En los escaparates ya rebosan los adornos navideños y las tiendas inspiran esa ilusión por decorar y llenar la casa de objetos "made in china" que acaban llenándote el suelo de mierda, como el dichoso espumillón, pero lo que realmente tiene gracia es que a quienes realmente llaman la atención todos estos artículos decorativos, es a los niños, y la cuestión es que los que montan y desmontan el árbol de navidad siempre serán los padres.
Y esto lo digo por propia experiencia. Yo me quedaba mirando aquel amasijo de metal y plástico verde, a rebosar de adornitos (la mayoría horripilantes o rotos) y cintas de espumillón y como no, las rebeldes luces. Daba igual que fueran blancas o de colorines, alguna siempre estaba fundida y siempre, sin excepciones, estaban enredadas. La cosa es que yo miraba aquel conjunto intimidante y mi primera reacción fue siempre un bostezo, de pereza, de pachorra. No era capaz ni de empezar a quitar las bolas doradas o los míticos lazitos rojos sujetos con un alambre.
Recuerdo unas navidades en concreto. Llegó el mes de Marzo y el árbol seguía puesto. Y lo tuve que quitar porque ya me deprimía, me agobiaba. Tardé entre tres días y una semana entera para desmontar aquella pesadilla... desesperante.
Así que una vez más, hice caso a mi madre y dejé de encapricharme con poner el árbol de navidad cada año. Llevo unos 3 ó 4 años sin ponerlo y no lo echo en falta, la verdad es que es un alivio.
Teniendo en cuenta esto, me niego en rotundo a decorar mi casa cuando tenga hijos en un futuro lejano. Un arbolito de esos de fibra óptica o de los chiquititos que vienen ya con mini bolitas y renos del tamaño de un garbanzo y a correr.
FELIZ NAVIDAD ANTICIPADA :)
March????
ResponderEliminarAbsolutely! don't you remember???
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